«Cómo mejorar la atención de tu hijo»

Hoy día, con el uso de las nuevas tecnologías, cada ver resulta más difícil mantener la atención de los más pequeños en sus tareas diarias. Estas recomendaciones te ayudarán.

Las funciones ejecutivas de los niños se van desarrollando a lo largo de muchos años. Por ello, en ocasiones, damos por entendido que, si nuestro hijo no presta atención a sus tareas, debe tener la obligación de hacerlo, sin detenernos a pensar que está en pleno proceso de maduración cerebral.

Prestar y mantener la atención, al igual que otras muchas funciones cerebrales, requieren un largo proceso temporal. Por ello, partiremos de la base que no podemos pedirles a nuestros hijos que mantengan la atención, en determinados momentos, como lo haríamos actualmente nosotros.

Por otro lado, también debemos ser conscientes que hoy en día existen muchos distractores que van a dificultar o ralentizar, que determinadas funciones lleven una evolución acorde a su edad. Estas están fuertemente condicionadas por la gran cantidad de inputs, sobre todo tecnológicos, que van teniendo en el transcurso de su día.

Así entonces, la falta de atención, la impulsividad, o la dificultad para concentrarse en sus tareas, pueden verse afectadas indirectamente, obstaculizando su desarrollo natural.

Trabajar la atención a fin de que nuestro hijo sea capaz de no distraerse en clase, de que pueda finalizar sus deberes en el hogar “del tirón”, es una tarea compleja a la vez que prácticamente imposible.

¿Por qué? Sencillamente, porque prestar atención no significa que el niño no pueda distraerse ni lo más mínimo; sino, que sea capaz de finalizar su tarea con éxito, focalizando la atención por partes, si así lo requiere, ayudado de pequeñas estrategias paso a paso.

«Haz que tu hijo desarrolle favorablemente sus funciones ejecutivas. Su futuro es hoy»

Es importante tener presente que tu hijo preste atención en clase o en casa, no solo es responsabilidad de él. Aquí te detallo algunas preguntas que influyen en la capacidad atencional de tu hijo y que me gustaría que te respondieses con sinceridad:

  1. ¿Piensas que no prestar atención significa que comprenda todo el proceso/tarea/orden en bloque de principio a fin?
  2. Cuando debe realizar un ejercicio, ¿sabe explicar exactamente qué se le pide?
  3. ¿Tiene las herramientas o habilidades correctas para que comprenda el problema o tarea?
  4. ¿Se encuentra motivado por aquella tarea por la cual se le requiere?
  5. ¿Qué tipo de relación tiene con el entorno en el que se encuentra?
  6. ¿Existe un buen ambiente familiar?
  7. ¿Sabe gestionar bien sus emociones?
  8. ¿Las relaciones con sus iguales son equilibradas?
  9. ¿Se siente integrado y comprendido en la escuela y en el hogar?
  10. ¿Eres demasiado permisivo con distractores como televisión, juegos o móviles?
  11. ¿Tiene establecidos límites educacionales equilibrados?
  12. ¿Disfruta de un ambiente afectivo favorable?
  13. ¿Tiene un estilo de vida saludable?
  14. ¿Descansa bien por las noches?
  15. ¿Tiene establecido un sistema de recompensas adecuado?

Estas y muchas otras respuestas son importantes tenerlas en cuenta a la hora de establecer estrategias para aumentar la capacidad atencional de nuestros hijos.

Además de ello, es relevante ejercitar y potenciar su desarrollo cognitivo con ejercicios mentales, físicos y estrategias paso a paso. Estas habilidades le permitirán comprender y desarrollar sus tareas, por medio de pequeñas fases o micro objetivos.

Las estrategias por fases o instruccionales van a ayudarle a una mayor comprensión de la tarea o problema.

Por ejemplo:

Imaginemos que tu hijo debe responder a un problema de cálculo. En lugar de ir impulsivamente a realizar la resolución del problema, debe tener establecidos pasos intermedios para elegir la opción correcta. Estos micro-pasos podrían ser preguntas internas que él debe ir respondiendo una a una:

PASO 1. «¿Qué me está pidiendo realmente el problema?»

PASO 2. «Voy a pensar, mínimo 2 minutos, sobre cómo puedo resolverlo antes de lanzarme a ello»

PASO 3. «Debo considerar, al menos, 2 o 3 posibles maneras de realizarlo»

PASO 4. «Pasado ese tiempo ya me atrevo con la primera de ellas»

PASO 5. «Reflexiono sobre si esta manera ha sido la correcta»

PASO 6. «Me felicito si lo he hecho bien o…»

PASO 7. «Vaya, en esta ocasión no ha salido como esperaba. ¿Dónde he cometido el fallo?

PASO 8. Voy a intentarlo con la siguiente».

PASO 9. «¡Genial! ¡Esta vez sí lo he conseguido!».

Este es un ejemplo básico de una estrategia, paso a paso, que tu hijo podría aplicar para aumentar su atención y poder tomar decisiones más acertadas en sus problemas diarios.

Si necesitas ayuda, para establecer estas estrategias instruccionales a fin de ayudar a tu hijo a minimizar su impulsividad y obtener un pensamiento más reflexivo en su día a día, podemos mantener una primera sesión gratuita. En ella podéis plantearme vuestra inquietud y os informaré sobre programas de intervención específicos acordes a las necesidades que tengan vuestros hijos.

Pensemos que, el hecho de dotarles de herramientas y estrategias que les ayuden en su toma de decisiones y desarrollo, es una inversión para el éxito profesional y personal, en el presente y en su futuro.

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